martes, 27 de julio de 2010

Respirando energía, disfrutando este camino.



Avanzo despacio, sin apuros porque el reloj dejó de funcionar hace tiempo, ya no lo contabilizo, solo veo que un nuevo día comienza en cada amanecer, no sé cuando termina porque la luna cierra mis ojos mientras me abriga dócilmente. Por fin respiro libertad, no ando atado a los minutos, no hay tardanza, aquí siempre es temprano. Aquí, el tiempo descansa como en el principio, duerme eterno sobre una roca bajo las profundidades del mar.
Así como el tiempo, aquella roca descansa desde siempre, ahora ha cambiado de apariencia, sin embargo sigue siendo la misma piedra, aquella donde lloró el profeta, aquella donde desperté y olvidé los malos recuerdos, peña que no pereció frente a la lluvia, quedó intacta ante la tormenta.
Así como la piedra, soy sólido, fuerte y eterno; por eso sigo mi sendero con tranquilidad, el sol alumbra aunque allá no veas su silueta, aquí está radiante, alegre como el primer día de mi nacimiento, aquí estará siempre dando calor, apartando a los abantos que sucumben confundidos queriendo tocarlo, sintiéndose más grandes, ¡pobres ilusos!
Así como el sol, mi cuerpo arde de felicidad, y si algún espectro quiere opacarla, se consume en el fuego bondadoso que se eleva desde mis talones, rodea mi columna y cubre como antorcha mi cabeza. Soy fuego natural, no te acerques que puedes quemarte, ¿Serás como el óleo que alimenta el fuego, o como el agua que lucha por extinguirlo? Sé que el agua no puede alimentar el fuego,  pero cuando un volcán despierta, no pone resistencia, dúctil se abre paso y observa.
Así como el agua que brota de los manantiales, me siento puro, respiro profundamente y me refresco, miro alrededor y solo veo verdor. Soy como el río, los animales beben de mí y las aves se regocijan bajo mis caudales, voy creciendo mientras escalo las montañas, desciendo con fuerza como cascada y formo arcoíris en mi entorno, es un espectáculo de la naturaleza, es un regalo de Dios.
Así como el arcoíris, la vida es una conjugación de colores, de aromas, de sonidos, de sabores, todo es mágico. Se forman leyendas sobre su significado, pero nadie entiende, es mejor. Debemos disfrutar, y saber que todo es tan divino, el arcoíris es una señal, de que hay muchos caminos, muchas maneras, lo que constituye una gama de posibilidades, yo sigo caminando por el mismo sendero desde que el reloj dejó de funcionar. Mis pies llegaron por lugares donde no hay huellas, ningún humano ha probado de estos frutos, ninguno ha bebido de este manantial donde las mariposas bailan libremente sin temor de ser cazadas. Aquí soy libre como el tiempo, me hago fuerte como la roca, se enciende el fuego de mi corazón, fluyo como el agua y respiro la magia del arcoíris, soy parte de todo. Punto Aparte.