
Si algún consejo positivo llegan a extraer de todo lo que escribo, es que recomiendo que el hábito de la lectura es el más importante para el desarrollo de un país. Sí, y no por el hecho de estar ligado a esta rama, sino porque es demostrado que si las personas leen, obtendrán mayor conocimiento e iniciativa para la búsqueda de información y la investigación, se volverán más conscientes y críticos ante la realidad. El hombre de lectura pasa de ser un ser pasivo que solo recibe información, a una persona que busca y discierne de todo lo recibido y escoge lo que quiere leer y aceptar.
Es parte de la educación, de una educación responsable, que hace que las personas se preocupen por la investigación y no se dejen sorprender ni manipular tan fácilmente como la están acostumbrando. La lectura es el punto de partida, y los países de América Latina deben exigir a sus gobiernos, antes de las muchas obras que deben hacer por sus pueblos, antes de todas esas obligaciones que no son favores; que la educación sea el motor en los planes de desarrollo y crecimiento. Si los niños llegan a tener una mejor comprensión de lectura, podrán luego comprender a su país; si la estructura curricular se adecua a la realidad y se inicia un plan sostenido, veremos que las brechas de desigualdad disminuirán y el beneficio será para todos. La democracia exige que todas las personas tengan iguales oportunidades, y para saber cuáles son, deben estar enterados y buscar lo que les conviene, y sin llegar a la demagogia, esto será sólo posible con una buena educación.
En mi humilde opinión, el hábito de lectura debe sembrarse en los niños, y debe ser, repito, el eje fundamental del desarrollo de los países de la región.
Empecemos desde ahora, seamos nosotros, los que a través de medios como Internet, logremos buscar ese conocimiento y ese hábito, cambiemos de costumbres, no sólo el facebook y el messenger deben ocupar el tiempo de los jóvenes en Internet; la lectura debe gustar e incentivar, y quizá la literatura es la herramienta indicada para desarrollar esta costumbre, leamos un libro, leamos artículos, simplemente leamos. Punto Aparte.
Es parte de la educación, de una educación responsable, que hace que las personas se preocupen por la investigación y no se dejen sorprender ni manipular tan fácilmente como la están acostumbrando. La lectura es el punto de partida, y los países de América Latina deben exigir a sus gobiernos, antes de las muchas obras que deben hacer por sus pueblos, antes de todas esas obligaciones que no son favores; que la educación sea el motor en los planes de desarrollo y crecimiento. Si los niños llegan a tener una mejor comprensión de lectura, podrán luego comprender a su país; si la estructura curricular se adecua a la realidad y se inicia un plan sostenido, veremos que las brechas de desigualdad disminuirán y el beneficio será para todos. La democracia exige que todas las personas tengan iguales oportunidades, y para saber cuáles son, deben estar enterados y buscar lo que les conviene, y sin llegar a la demagogia, esto será sólo posible con una buena educación.
En mi humilde opinión, el hábito de lectura debe sembrarse en los niños, y debe ser, repito, el eje fundamental del desarrollo de los países de la región.
Empecemos desde ahora, seamos nosotros, los que a través de medios como Internet, logremos buscar ese conocimiento y ese hábito, cambiemos de costumbres, no sólo el facebook y el messenger deben ocupar el tiempo de los jóvenes en Internet; la lectura debe gustar e incentivar, y quizá la literatura es la herramienta indicada para desarrollar esta costumbre, leamos un libro, leamos artículos, simplemente leamos. Punto Aparte.
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