miércoles, 16 de junio de 2010

Contra el tiempo.



Qué difícil es mantener la paciencia en épocas de tribulación,
Los latidos se aceleran, interrumpiendo la natural armonía de la creación.
El mundo sigue su curso, entre atropellos y gritos, 
Como las bravas olas en una orilla solitaria,
Y llenos de confusión, estamos saturados de sonidos y caminos
En una búsqueda innecesaria.

No hay espacio para los lamentos, nadie tiene tiempo de escucharte,
Apúrate, un minuto y se acabó.
Así transcurren los días y las horas, sin cerrar los ojos, luchando sin fuerzas,
Es el precio de vivir en babylón.

El tiempo no se detiene, sigue su interminable curso, 
Contabilizando cifras que causan dolor de cabeza a las personas,
solo a las personas; el sol ni se inmuta, la luna sigue paciente,
¿Cuál es el apuro? No busques respuesta, ya es demasiado tarde,
Solo existe el presente, solo el presente.


No hay comentarios:

Publicar un comentario