viernes, 7 de mayo de 2010

Abriendo el cuaderno, nuevamente.

Hace cerca de un año, si mi memoria no me falla, recuerdo que José Saramago, premio Nobel de literatura en 1998 por su excelente obra Ensayo sobre la ceguera, posteó en su blog que dejaría de escribir a través de este medio por dedicarse de lleno a un proyecto literario, dejando en claro, que cuando quiera volver a escribir sobre temas de coyuntura o particulares, volvería a abrir el cuaderno, nombre de su conocido blog.


Pues bien, Saramago ha retomado el medio, y sus seguidores y detractores podemos disfrutar de la pluma de este gran escritor. Recuerdo que cuando estaba en el colegio lo consideré como el máximo escritor en nuestro idioma, aún siendo él portugués, pero cuando empecé a leer su blog, conocí a otro Saramago, el que no escribe para entretener, sino para informar y opinar, ahí descubrí la parte desconocida de él, la que me importaba conocer, y fue cuando me llevé una gran decepción (En sentido figurado). José Saramago, un pensador curtido de una cosmovisión europea liberal, con la gracia de su inteligencia se considera ateo, sustentando entre otras cosas, la realidad de las contaminadas religiones. Punto en contra.

Conocer ese lado “humano” me permitió fortalecer mis ideales y no dejarme llevar por los pensamientos ajenos, aunque provengan de grandes pensadores de hoy y de siempre, sino a través del autoconocimiento, construir y defender mi posición. Algo bueno para cualquier persona del mundo. Sin dejarme llevar por esos prejuicios, sigo leyendo a él y a todo aquel que tenga algo interesante e importante que compartir. Cosa más democrática que es la lectura. Por eso seguiré abriendo el cuaderno, y aprendiendo un poco más de José Saramago, del periodista, escritor y pensador. Y aprendiendo de mi, de mi punto de vista sobre el punto de vista de otros. Punto aparte.

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